¿Pero, qué pasa con el aprendizaje?

¿Podemos medir la efectividad de un aprendizaje por la capacidad y los tiempos de respuesta? ¿por la velocidad?¿ por los resultados? El espacio de hora de estudio y aprendizaje se regula también por tiempo, son bloques de 40 u 80 minutos para dedicar a horas de estudio e interacción.

Es posible que no haya una tarea más compleja que la de aprender y enseñar, ya que no todos aprendemos de la misma manera, ni tampoco con los mismos soportes. Si algo contemplan (o al menos a eso apuntan) los tiempos escolares, es el proceso. Integrar conocimientos, elaborar y construir, no son tareas instantáneas. Es mucho más que entregar información en pantalla. El proceso que toma entender una idea, conectarla a la estructura de conocimientos propios, desarrollar una reflexión a partir de esas conexiones o sintetizar una idea nueva relacionando estos conceptos, es completamente distinto a la tarea que realiza un modelo de lenguaje, aunque una mirada funcional y pragmática pueda verlo de ese modo.

Aprender es otra cosa.

Algunos necesitan lápiz y papel, otros pueden hacerlo perfectamente en una computadora, para algunos el ejercicio individual fija mejor la idea que la puesta en común grupal. La unidireccionalidad no existe en el aprendizaje. Se aprende desde

múltiples estímulos que van “moldeando” el conocimiento hasta que este puede tomar una forma y hacer sedimento para dar un paso más. 

 La diferencia entre las inteligencias artificiales y la cognición humana es que en esta última siempre existe una interacción: hay memoria y relacionamiento en ambas, pero también hay diálogo y creatividad ineludibles en la dinámica de interacción con los contenidos. Y eso le da una característica única al aprendizaje humano, que hace valiosa la espera que y el tiempo necesarios para el aprendizaje. 

 Entonces, quise volver a la carga con el ChatGPT y se me ocurrió preguntarle algo más “¿vos, sabes esperar?” 

“Como modelo de lenguaje, no tengo la capacidad de esperar, ya que soy un programa informático y no tengo emociones ni conciencia. Sin embargo, puedo ayudarte con preguntas o problemas que tengas. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?”

 No sabe esperar, me sorprendió su capacidad de autoconocimiento y sinceridad, y también la buena predisposición para colaborar. Sin embargo, me quede pensando si valía la pena seguir llamándola inteligencia, o si sería mejor cambiarla de categoría… al menos en mi propio índice de términos técnicos.